lunes, 1 de octubre de 2007

Fanático de Onán (Soy un gilipollas)

Jueves 08:00. Me caigo de sueño. Mi mente no deja de castigarme con un eco encadenado e infinito que dice: ¡Eres un Gilipollas¡ Y lo que es peor, mi yo mas racional no encuentra argumentos para rebatir tan rotunda verdad. ¡Soy un GILIPOLLAS¡ Cada mañana el despertador lanza su insoportable aullido a las 06:20. Tras dos golpes a la tecla de “por favor diez minutitos más” me levanto a las 06:40 con el tiempo justo de lavarme como los gatos y salir corriendo a medio vestir. (Si, yo soy ese vecino que se pone la corbata en el ascensor) 35 minutos de atasco. (Como mínimo) 35 minutos de: “Lo juro, esta noche me voy a la cama en cuanto salgan los Lunnies” 35 minutos de frases convertidas en cotidianas por repetición a pesar de ser plenamente consciente de la gran mentira que suponen. Como magistralmente ejecutaron “Los Limones” 35 minutos de promesas que no valen nada. A pesar de esta flagelación. A pesar de este estado decadente que hace que todas mis acciones se rijan por la ley del mínimo esfuerzo. A pesar de las ojeras. A pesar de la adicción perenne a la cafeína que acabará en Hipertensión. A pesar de todo esto….. Esta noche volveré a quedarme solo en el salón. (Mi mujer se acostará antes de las once) y perderé el tiempo viendo alguna mariconada ansioso por que llegue la medianoche y las televisiones locales expulsen a sus lucrativas videntes para emitir su programación para adultos. Definición de Programación para Adultos: A) Canal que se ve mal, muy mal, o que casi no se ve B) Canal propietario de un máximo de 3 películas que repite hasta la saciedad. Vamos que conoces mejor a las actrices que a tus vecinas (Como Antena 3 con los Simpsons) C) Película repetida y mal sintonizada que has de ver en un 20% de la pantalla porque el 80% restante se dedica a publicidad de Líneas 806 (1,2€ min.) D) Película repetida, mal sintonizada, emitida en un 20% de la pantalla… y cortada¡¡¡¡ Las escenas acaban sin ton ni son. Pasan de una película a otra. O deciden que los penes son malos y que es mejor no mostrarlos le pese a quien le pese . ¡Un desastre¡ Aún así hay estoy yo, fanático del Dios Onán, para cumplir con mi rutina diaria. Hasta que a eso de las dos de la madrugada retomo el sentido común y sabedor que me quedan cuatro horas de sueño me arrastro culpable hasta la cama.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Fábula sobre la naturaleza humana.

Esperanza podía presumir de tener limpio el corazón. Obviamente no lo hacía ya que la vanidad no es propia de los limpios de corazón. Vivía según las reglas que le dictaba su conciencia y era feliz con ellas porque siempre le guiaban hacia lo correcto. Un buen día Dios decidió premiar su comportamiento y tras tomar la forma de un mendigo se situó en el camino que Esperanza recorría cada día para ir a trabajar. Cuando ella pasó por su lado se detuvo. Le dedicó una mirada de infinita ternura y continuó su camino, no sin antes depositar en su regazo el bocadillo que debía de ser su almuerzo. Dios, conmovido tras comprobar que sus asesores no habían errado al elegir a la persona merecedora de su premio, se trasladó al domicilio de Esperanza y esperó a que regresara. Esperanza no se asustó al verle en su casa, repitió la misma mirada de ternura hacia él, y le ofreció su cama para pasar la noche. Dios se dio a conocer con lagrimas en los ojos, lagrimas saladas que en su forma divina no conseguía derramar y que aliviaron sus temores. - Recurro a ti porque eres un alma pura. Te he elegido para que el mundo se parezca a ti, ya que parece que mi ejemplo ha sido enterrado por el paso de los siglos. Piensa detenidamente....... ¿ Qué tres cosas cambiarías? ¿ Que tres deseos tienes para el hombre? Esperanza pensó, y pensó, y pensó. - Quiero salud para los hombres, quiero que todo el mundo conozca el amor, y quiero que todo hombre tenga dinero para acabar con la pobreza. Dios le concedió sus deseos y desapareció tras desearle que le fuera mejor que a él en su intento de crear un mundo mejor. Esperanza agotada por la responsabilidad que había recaído sobre ella, durmió durante dos semanas seguidas tal como le había anunciado el Señor. Cuando despertó corrió a la calle para comprobar el resultado de sus deseos. Comprobó que la gente lucía rostros y cuerpos más saludables. Comprobó que en sus ojos podía verse el aura inconfundible del amor. Y comprobó que las calles antes desiertas y limpias, eran ahora pobladas por miles y miles de personas sin hogar. Corrió al supermercado para comprar comida para todos los salubres enamorados que vio mendigar mientras se preguntaba como Dios podía haber malinterpretado uno de sus tres deseos pero cuando llegó no pudo creer lo que sus ojos le dictaban. Dios nunca se equivoca, y tal y como ella pidió, cada hombre había recibido su dinero. Una cantidad ingente con el fin de que a nadie le faltara de nada. Entonces el pobre fue rico, y el rico todavía más rico, porque todos recibieron lo mismo. Pero a los que ya eran ricos esta nueva situación no les gustó y se unió a todos los ricos con el fin de multiplicar los precios de los mercados que aun contolaban. Y los multiplicaron hasta que los que antes eran pobres no pudieron pagar obligandoles a depositar en sus manos sus recien estrenadas fortunas. Los pobres volvieron a ser pobres. Los ricos eran aún mas ricos ya que seguian abanderando la injusticía con una salud de hierro y la euforia que proporciona el amor.